LA MARISCAL, O CÓMO PERDER UNA CENTRALIDAD URBANA EN CINCO PASOS
La ciudad

La Mariscal presenta la morfología urbana ideal. Ocupa una explanada perfectamente delimitada: al este por la línea de pie de monte de las colinas orientales del valle de Iñaquito –la avenida 6 de diciembre– y al oeste por la línea de pie de monte de las faldas del Pichincha –la avenida 10de agosto–. Su eje longitudinal –la avenida Amazonas– es la vía colectora comercialmás emblemática de la ciudad. En sentido perpendicular el barrio es atravesadopor otras dos avenidas con vocación colectora comercial: la avenida Colón y la avenidaVeintimilla. En este marco, La Mariscal refleja la escala propia de la hoydenominada “ciudad de quince minutos”, adecuada para el tránsito peatonal y capaz de articular de manera funcional las vías comerciales con las áreas residenciales y laborales. Sin embargo, los siguientes cinco errores de planificación ocasionan su deterioro y abandono.

1.      COMERCIO SOBRE LAS VÍAS ARTERIALES PERIMETRALES
El barrio mantiene una dinámica urbana relativamente estable y equilibrada entre las décadas de 1950 y 1980, hasta que diversas decisiones de planificación comienzana alterar su equilibrio funcional. Poco a poco, el eje comercial de la avenida Amazonas se ve obligado a competir con establecimientos implantados en las avenidas 10 de Agosto y 6 de Diciembre, vías arteriales que, conforme a su categorización, no deben admitir usos comerciales. El barrio vive y muere desde la Amazonashacia sus bordes, no desde la 10 de Agosto o la 6 de Diciembre hacia elinterior.

2.      RETIRO DE ESTACIONAMIENTOS SOBRE LAS VÍAS COLECTORAS
La eliminación del estacionamiento temporal en los laterales de la avenida Amazonas y la restricción de su circulación a un solo sentido reduce de manerasignificativa su accesibilidad vehicular. Paradójicamente, las únicas vías en las que está prohibido estacionarse dentro del barrio son precisamente los ejescon vocación comercial: las avenidas Amazonas y Colón. Esta medida resultacontra producente y destruye el comercio barrial legítimo. En contraste, se permite el estacionamiento sobre las calles locales, lo que incentiva ladispersión de actividades no residenciales hacia el interior de la trama urbana y debilita aún más las áreas comerciales originalmente concebidas.

3.      TRÁNSITO VEHICULAR MASIVO DE PASO POR EL INTERIOR DEL BARRIO
Ladispersión de actividades no comerciales hacia el interior deteriora elequilibrio necesario para la habitabilidad del barrio. Las intervencionesposteriores profundizan el malestar. Se permite el tránsito vehicular masivo depaso por la calle Juan León Mera, en la franja residencial oriental, y por laavenida 9 de Octubre, en la franja residencial occidental, introduciendo flujosque comprometen aún más la habitabilidad del sector. Este deterioro de lascondiciones de residencia deriva en un proceso sostenido de desplazamiento delos habitantes del barrio hacia otras zonas de la ciudad.

4.      EQUIPAMIENTO DE ESTACIONAMIENTOS DENTRO DEL CUADRANTE RESIDENCIAL
Cuando la permanencia residencial ya se encuentra seriamente amenazada, surge la idea de insertar un gran estacionamiento público, de escalasectorial, en pleno corazón del barrio: la Plaza Foch. La hipertrofia de estelugar como “centro neurálgico de entretenimiento” resulta incompatible con laposibilidad de habitar en sus alrededores.

5.      FALTA DE UNA PARADA DE METRO SOBRE LA AVENIDA AMAZONAS
La llegada del metro representó una oportunidad única para revalorizar el eje comercial más importante de la ciudad y fortalecer su carácter estructurante dentro del barrio. Alejar cualquier estación del metrorespecto a la avenida Amazonas constituyó el estoque final para el declive de la avenida Amazonas y La Mariscal. Ensíntesis, el barrio La Mariscal, que en su morfología presenta las condiciones idealespara consolidarse como una centralidad urbana de escala intermedia —compacta,caminable y equilibrada en la articulación de usos residenciales, comerciales y laborales—, ha sido objeto de decisiones de planificación erráticas que alteranprofundamente su funcionamiento.

La permisividad de usos indebidos en ejes arteriales, la reducción de la accesibilidad en sus principales corredores comerciales, la introducción de flujos vehiculares de paso en áreas residenciales y la implantación de un estacionamiento de escala sectorial en su centro residencial han deteriorado deforma sistemática la calidad urbana del sector. Finalmente, la exclusión de la avenida Amazonas del trazado del metro sella la desvinculación del barriorespecto de la infraestructura que ha permitido reactivar otras áreas de laciudad. Lo que pudo consolidarse como un nodo urbano ejemplar ha sido relegado, por miopía institucional y falta de visión, a un rol marginal en la estructurametropolitana. Hoy, La Mariscal constituye un ejemplo elocuente de cómo la ausencia de coherenciaen la gestión urbana revierte las potencialidades de un tejido con morfología y ubicación privilegiadas.

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