La apropiación forzosa del espacio público
El lugar

En el Centro Norte de Quito, la presencia de un laboratorio médico ha llamado la atención entre los ciudadanos pues su arquitectura que, en ocasiones, no logra acoger el flujo de usuarios que acuden en busca de atención y de sus acompañantes, ha provocado que la dinámica del sector tenga un comportamiento particular.

La insuficiencia de espacios de espera

Existen ciertos días que, desde las primeras horas de la mañana, para quienes transitan con frecuencia por el sector, el panorama frente al laboratorio médico muestra una excesiva concurrencia de personas, afluencia que sale de lo normal.

Los usuarios para ser atendidos, de forma ordenada esperan en hileras su turno en las aceras, y se puede apreciar que sus acompañantes se mantienen en los exteriores del laboratorio.

Probablemente, las instalaciones del laboratorio, al no prever el número excesivo de acompañantes, carecen de un espacio adecuado para que estos esperen cómodamente.
La situación se agrava, forzando a los familiares y amigos a ocupar áreas inapropiadas y peligrosas, como las gradas de un puente peatonal o el estrecho parterre adyacente.

El uso del espacio público

El espacio público debería ser una extensión del bienestar comunitario, proporcionado para el uso de todos los ciudadanos. Sin embargo, la presencia de este laboratorio ha forzado a los acompañantes a utilizar áreas que no están diseñadas para tal fin. Las gradas de un puente peatonal, aunque parecen una solución temporal, no sólo son incómodas, sino que pueden convertirse en un foco de riesgo si no se toma en cuenta la seguridad de los usuarios.

Asimismo, el espacio verde limitado dentro del angosto parterre no ofrece un ambiente adecuado para los que esperan, estando expuestos directamente al tránsito vehicular público y privado de una vía muy concurrida.

¿Quién es responsable de esta situación? Es fácil señalar al laboratorio por no haber previsto un aumento en la demanda, recalcando que no es de todos los días, pero ¿de qué manera podría aportar el municipio frente a este escenario?

La responsabilidad: municipio vs. laboratorio

Al abordar la cuestión de responsabilidad, es crucial considerar el papel del municipio en la planificación y manejo del espacio urbano. Como ente regulador, el municipio tiene la obligación dediseñar y mantener infraestructuras adecuadas que faciliten el acceso y el uso de servicios públicos. Sin embargo, el municipio no debería dar la solución de dotar espacios seguros para la afluencia excesiva de acompañantes de usuarios particularmente de un laboratorio médico, considerando que el entorno del laboratorio no da para poder hacer una propuesta adecuada de diseño urbano y espacio público, lo que sí debería tomar en cuenta es el nivel de inseguridad al que se enfrentan los ciudadanos por el hecho de ubicarse en las gradas de acceso del puente peatonal y sobre todo el riesgo de descansar en el parterre, exponiendo a la gente a ser atropellados por el transporte público y privado.

Por otro lado, el laboratorio también tiene su parte de responsabilidad. En el contexto de una ciudad que crece y evoluciona, es fundamental que las instituciones que prestan servicios de salud adapten sus instalaciones a las necesidades cambiantes de la población. Esto incluye no solo un aumento en el número de consultorios o laboratorios, sino también la consideración de espacios adecuados para el acompañamiento de pacientes.

Hacia una solución integral

La solución a este dilema no puede ser unilateral. Es necesario un enfoque colaborativo entre el laboratorio y el municipio para abordar la situación de manera efectiva. Unaopción sería que el laboratorio reestructure su área de atención, asegurando que se ajuste al número de pacientes y acompañantes que suele recibir. Mientras tanto, el municipio debe evaluar el diseño del entorno urbano.

Al final, el bienestar dela comunidad debe ser la prioridad. Las autoridades locales y los prestadores de servicios de salud deben trabajar en conjunto para que nadie tenga que elegir entre su salud y su comodidad, y para que el espacio público de Quito y privado, en el caso del laboratorio, sea realmente un lugar inclusivo y amable para todos. Sin duda, abordar estos problemas de manera urgentemente colaborativa es fundamental para evitar que la situación se convierta en un desgaste cotidiano para los habitantes.
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